Hace mucho tiempo ¿no es así?
Bueno, he regresado con mucho, muchísimo que contar así que vale la pena... De cierta forma.
Pero empecemos lentamente.
Hacia marzo decidí empezar a planificar legalmente, como mi EPS me regala el servicio pensé que era una buena opción y tuve la cita y a raíz de ello me dieron la inyección mensual que usé por tres meses, es decir, me apliqué la última el 13 de junio.
¿Qué pasó en todo este tiempo?
ENGORDÉ.
Dos kilos de sólo retención de líquidos y 4 de comida en exceso. Sí, yo pensé que no iba a subir pero la ansiedad por comer que esa inyección me generaba era INMENSA y yo lamentablemente sucumbí ante ella...
El resultado fue un tiempo de pésima autoestima. Pero ya hacia inicios de este mes, las hormonas se iban de mi cuerpo y por fin pude empezar a deshacerme, por lo menos de la retención de líquidos con semilla de chía -es su único uso para mí, ese además de la fibra- y exitosamente lo logré.
En fin, además de engordar como vaca-cerdo, me dio un montón de cosas más como náuseas, vómitos, dolor de cabeza, altibajos emocionales y muchas irregularidades en mi período así que rauda y veloz solicité cambio a algo que no tuviese hormonas y me dieron la opción de la T de cobre que el martes de la semana pasada me puse. Al principio era dolor, mucho, muchísimo dolor y sangre, así pasaron 4 días hasta que una horrible incomodidad allí se apoderó de mí. Sumemos que había perdido tanta sangre que dormía 12 horas al día cuando yo, con insomnio, no paso de los 7 últimamente. Mucha agua, pocos carbohidratos y un montón exagerado de frutas.
Lo que sucedió es que se desacomodó el domingo y la sangre y el dolor empeoraron pero como para mi país esto no es una urgencia, tuve que esperar el lunes, ir a donde me pusieron la T a primera hora de la mañana y rogar porque no doliera. La situación fue que en el trayecto de mi casa al sitio -en transporte público- terminó de desacomodarse y cuando llegué, entré al baño, me dio tos y la sentí aún peor. Al ver mi horrible estado me atendieron con prontitud y sin mucho que hacer, el doctor la retiró pues definitivamente se había salido, es decir, mi cuerpo la rechazó.
La noche anterior supe que a mi mamá tampoco le había funcionado... Pudo habérmelo dicho hacía tiempo, antes de ponérmela, porque resulta que la genética también influye.
Me atendió un doctor joven, muy amable y además paciente quien me dio otros anticonceptivos, unas pastillas a las que inicialmente temí ya que como mencioné, mi aumento principal de peso fue por pastillas. Él me explicó que ellas traen hormonas "de calidad" -me sentí como ganado en ese momento hahahaha- y que al ser diferentes y en microdosis me ayudarían con mis problemas hormonales (hirsutismo) y evitarían embarazos no deseados. Es mi tercer día con ellas y a decir verdad puedo creer que están empezando a funcionar. No retengo líquidos sino que al contrario, estoy yendo al baño sin problemas, la ansiedad ha disminuído un 70% (frente a una yo sin hormonas) y sobre todo mi piel y mi cabello se sienten un poco mejor. Quiero, de verdad quiero creer que funcionan porque lo más importante es que ya logré bajar 200 gr de grasa sin necesidad de matarme de hambre y morirme de ansiedad...
Otra cosa maravillosa sucedió y es que bueno, empecé a vender productos de belleza, yo, una mujer poco femenina y por alguna razón a medida que aprendía a usar labiales de diferentes colores y usaba algo de iluminación en mi rostro, empecé a sentirme más bonita. Me corté el cabello, muy corto como a mí me gusta y me siento tan femenina y con una autoestima medianamente alta que no puedo creerlo. Ello influyó en empezar a comprar zapatos de tacón y una que otra cosa que espero usar cuando siga perdiendo peso, pero de verdad, se han operado cambios importantes durante este tiempo.
No sé cómo funcionen las cosas pues me estoy poniendo a prueba y hasta ahora todo ha sido exitoso. He reemplazado el dulce procesado por las frutas enteras (máximo dos al día porque no quiero subir mi azúcar en sangre) y los carbohidratos muy procesados por cosas sencillas como arroz integral, plátanos o algo al vapor. Es decir, puedo pararme en una tienda/mercado y escoger aquello que es saludable para mí en vez de lo que me hace daño y yo sé que lo he dicho muchas veces pero ahora me siento diferente y la persona que me mira al otro lado del espejo parece más confiada y más feliz.
En fin, es un post largo pero sustancioso y espero que estos pequeños cambios puedan hacerse a cambios más grandes.
¡Besos!